domingo, 22 de mayo de 2011

Candados del amor

En París, Roma o la Plaza Mayor de Madrid los enamorados enlazan sus destinos para siempre colocando un candado con mensajes de amor cuya llave arrojarán después para perderla para siempre. Muchos se habrán encontrado con este espectáculo sin conocer su origen.
Si en la época de Goethe, los jóvenes comenzaron a vestirse como 'Werther' o en la Francia pre-revolucionaria 'La Nueva Eloísa', de Rouseau, se convirtió en guía sentimental de la época, hoy, en plena era cibernética, también una novela marca el signo de los tiempos. Al menos en lo sentimental.

Cuando el guionista de televisión y escritor italiano Federico Moccia escribía la novela "Ho voglia di te" ("Tengo ganas de ti" -Editorial Planeta) poco podía pensar que la historia que discurre bajo los fanales del Puente Milvio en Roma traspasaría los anales de la popularidad mundial, y es que hoy en día son muchos los lugares del mundo que atesoran cantidades ingentes de candados para certificar el amor entre las parejas. Así pues, la antigua costumbre de esculpir los nombres de los enamorados en los troncos de los árboles o la tradición de sellar el amor arrojando una moneda a una fuente están siendo actualmente cambiadas por colocar a los ya conocidos mundialmente como los candados del amor.

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